Todos tenemos asuntos que nos hacen particulares. El tema es cuando no trascendemos como los viejos grandes constructores del pensamiento, antiguo y contemporaneo. Platón no se llama realmente así, por ejemplo, pero es algo muy trivial y conocido por la mayoría de todos nosotros. Hay veces que la realidad supera la ficción y nuestros pensadores, queridos u odiados, no son lo que parecen. Muchas veces uno prefiere llevarse de una primera buena impresión, para no quedar desilusionados después. Lo irónico aquí es que se aplica en cada situación de la vida. Sin más que decir, les dejo mi post taringuero.
Nota: si, me faltaron algunos. Púdranse.
12 datos curiosos de 12 pensadores
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